EL
REY DEL SURF
Juan Beat
Dedicado a Astroman X
Juan
Beat comenzó a beber tarde, pero de los 20 años a los 25, ya había cultivado
una hermosa úlcera gástrica, solía andar por las calles enfundado en una
brillante máscara de Huracán Ramírez. La pocas y buenas mujeres que lo habían
conocido, no le soportaban su histrionismo y mucho menos su ego aferrado por
creerse un escritor, y no era más que un mediocre en busca de mala fama. Gran
parte de su tiempo lo mal gastaba en teclear malos poemas en una Apple II y
visitar a amigos. Uno de ellos era al “Rey del Surf”, en su buenos años había sido un gran
luchador y siempre la antítesis del Santo. Ahora, bajo la máscara de Blue Demon
“se escondía” un
escritor que conmocionaba a toda una generación de jóvenes perdedores,
desencantados con la sociedad y que intentaban ser incendiarios.
En la calle de
Isabel la Católica, tras una enorme puerta de madera vieja, el Rey del Surf se agazapaba de la fama, Juan Beat llegó un viernes por la tarde, sin
problemas entró en aquel edificio y recorrió piso por piso observando las
placas, los reportes periodísticos, las fotos, las máscaras que el Rey del
Surf había ganado
durante su basta carrera como luchador; ese gran edificio era un museo de toda
una vida en los encordados, incluso, resaltaban las cartas totalmente
literarias que aquel hombre enmascarado había intercambiado con Mil mascaras,
Dos caras, Chris Bennoit, Eddie Guerrero, entre otros.
Al
empujar la puerta, Juan Beat encontró al Rey del Surf tirado en un catre, llevaba un jersey de
los N.Y. Rangers y sus calzones raídos. Se saludaron, derramando un poco de
tinto sobre el piso. -----Pásame esa tasa----le dijo el Rey del Surf a JB. Él tomó la tasa con el logo de los
tigres de la UANL, sopló dentro, esparciendo bastante polvo. El Rey del Surf
le sirvió a JB una gran dosis. -----A qué vienes, qué haces por acá…si
necesitas dinero no tengo, tuve que mandar un guión para una de esas novelas semanales que lee toda la
gente, pero no me ha llegado el dinero, por cierto, no viste una chica de tetas
pequeñas pero firmes, parada en la entrada del edificio, me debe algunos pesos
y no me los ha pagado, cree que con
venir a tirarse unos pedos y levantarse la falda para que le chupe su coño
ya me doy por satisfecho, cuando
te vayas, si la vez dile que es una puta----
Juan
beat solo esbozó una sonrisa, sacó unas cuántas hojas y se las mostró al Rey del Surf. ----- Son mis nuevos poemas-----. El Rey
del Surf los tomó, se
limpió el vino que le escurría por
la barbilla y comenzó a leer en voz alta:
La gente que gasta servilletas
blancas es más confiable.
Por Juan Beat
Quien demonios puede confiar en un
poeta
que se sienta frente a una apple II a escribir,
abre una lata de cerveza,
se rasca el culo,
y ocasionalmente se masturba;
al final ,
se limpia el semen con servilletas blancas,
¿Alguna "dama" podría
confiar en gente así?
por cierto,
creo que terminaré este poema
para ir por una servilleta
blanca.
----Que mal poema, es lo peor que he
leído últimamente y eso que diario me llegan cartas y cartas de "poetas y
escritores" que intentan que
les ayude a publicar. Lo que no se imaginan, es que cada carta que llega la
pongo en una bolsa de plástico y hago un combustible para el viejo boiler de leña. ¿Recuerdas
los combustibles? Eran unas bolsas amarillas que estaban llenas de aserrín. Eso
hago con las cartas, incluso con el recibo de luz. Dejemos de hablar y vamos al
"pájaro". ¿Lo conoces?------
----Si, es un "bar" de tabla
roca que esta en República de Perú, frente a la coliseo.-----
Caminaron sobre Isabel la católica y llegando a la esquina de Perú dieron
vuelta hacia la derecha. ---- ¿Recuerdas la última vez que estuvimos en al
coliseo?---- dijo JB. -----Si, fue el día que te enfermaste de sarna------
contestó el Rey del Surf
Juan Beat y El Rey del Surf entraron al pequeño bar, todos,
admirados, murmuraban acerca de aquel tipo con máscara de Blue Demon; en el
escenario un soldado raso le hacía una felación a un transexual mientras sonaba
surf raider
interpretado por “The Magnifics”. Juan beat vomitó, aún enmascarado pasó la
manga de la sudadera quitándose el excedente del vómito, el Rey del surf solo hizo un gesto de desaprobación pero
pidió un par más de a litro. Mujeres se acercaba al Rey del Surf, las bandas le solicitaban en el
escenario para que les hiciera el honor de acompañarlos con un poema, no
obstante, él se desentendía, daba tragos a la caguama alternado con vodka tonic
de oso negro. JB y el Rey del Surf bebieron hasta que la mayoría de los
asistentes en el pájaro se recostaban en el piso y follaban.
Muy temprano, aún con un poco de resaca
“curada” con unas líneas de coca, Astroman X, enmascarado y mejor conocido como
el Rey del Surf, viajaba a N.Y para encontrase con su amigo Bret Easton Ellis
quien lo alojaría en su penthouse y esperarían a Los Bomboras para su show en
el Madison Square Garden.
Juan Beat caminó hacía el 115 de Perú, a
él nadie lo conocía, incluso Idalia lo había echado de su vida; no obstante,
como cada mañana, esperó frente al edificio para solo verla salir.