martes, 28 de julio de 2020

DESPLANTES A LA MUERTE

DESPLANTES A LA MUERTE (Reprise)
Juan Beat          Foto - Eric Kroll

Tiene razón Fran Ilich, hay que encontrarle modo a la rutina y construir lo que mejor nos venga; agradezco el tiempo que dedicó Fran en leer mi texto y además responder el mail. Fran Ilich, Guillermo Fadanelli, Carlos Camaleón,  Astroman X; las mentes más brillantes contemporáneas de este país decadente parecen no han perdido tanto como yo, y no es circunstancial, ha sido por sus sabias y muy bien estructuradas desiciones.
Mis desiciones son cuestionables, y a quienes les debo una “renta” de mi torpe forma de llevar la vida, les regalo mi construcción hacia la soledad, es lo que me queda. No es que sea un mal agradecido de mis amigas y amigos que en estos tiempos tan mierda, incluso se han  acercado a visitarme; como cuando casi muero por un celular y dinero en un asalto, fueron l@s más solidari@s en todo momento; solo ya tengo un montón de canas, soy incapaz de vivir sin lentes, los gatos envejecieron y se acumulan inertes en las macetas, yo solo deseo construir el camino al olvido… a ser totalmente no trascendente.
El renunciar a lo querido, es la mejor forma de reconocer lo erróneo de mi constante actuar como un enloquecido; si no se moldea una forma de desapego ¿cómo afrontar lo poco que queda?
De pena que siempre tenga que recurrir a las mujeres que han pasado a mi lado, pero no tomaron en serio mi decisión de no  trascender, en el fondo tenían la esperanza de un hombre de verdad a su lado… de mi redención. Me disculpo por haber fallado, no pude ser el hombre que pudo proveer seguridad emocional, económica… y solo logré alejar todo momento de bienestar. De algunas de ellas he tenido su condescendencia, de muchas más el repudio y odio, y en lo único que me he dado cuenta que acabaron coincidiendo es en la belleza en todas sus formas que poseían antes de enfrascarse conmigo... más aún encontraron la esperanza que sacrificaban al pasar por casa y encontrarme indispuesto pero con un vaso lleno con scotch; recobraron su belleza y una forma digna de vida.
Julio 2020, el tiempo más interminable y desagradable que yo recuerde; hace muchos años, yo tendría 19, conocía a un tipo de 30 años, era amigo de mis padres; era un ebrio, uno que veía películas de arte, que leía a Godard, a Cioran, amanecía crudo con Liszt... era bien parecido; y su abuelo con el que vivía en la doctores siempre decía: “donde vine ya fui”, quizá en un delirio de tanto bacardí en el barba azul. Yo lo tomaba como parte de la profundidad de alcohol, lo pienso con detenimiento ahora mientras Courtney Love me bombardea en los audífonos; “hubo un tiempo en donde estuvimos... regresaremos”, volver a la muerte es lo que queda.
Cesar se llamaba aquel tipo, murió cuando una mujer lo dejó, tardó un poco, agonizó solitario vagando por la colonia buenos aires, hablando en inglés, recitando haikus lleno de orines, de nada le sirvió la hermenéutica o el materialismo dialéctico... mucho menos Tarkovsky, creo solo Poe y Verdi lo regresaron a donde ya había estado... a la muerte emocional.
Ya los desplantes a la muerte hay que tomarlos en cuenta.

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